Se apagaba la luz del sol el 6 de febrero del 2024 y con ella la vida del joven Damian, un adolescente que escribió una carta de despedida antes de lanzarse de la azotea de uno de los bloques de la urbanización Alí Primera de Barquisimeto: “No tienen idea de lo mucho que me duele vivir ahora … quiero que me dejen ir”, fueron parte de sus palabras, compartidas por la red social Facebook.
Así como él en 2024, otras 256 personas se quitaron la vida
los primeros siete meses del 2023 de acuerdo con el Observatorio Venezolano de
Violencia (OVV), arrojando un promedio de 1,2 suicidios diarios en el
territorio nacional.
Lara está entre los primeros 10 estados con más eventos de
este tipo, con 14 incidentes registrados. Entre ellos, el caso de una
adolescente de 15 años que se lanzó al vacío de las Torres del Sisal y una niña
de 10 años quien perdió la vida después de ingerir sustancias tóxicas.
A pesar de que no se han superado la media mundial de nueve
suicidios por cada 100 mil habitantes, entre 2015 y 2018 el número en Venezuela
se elevó de 3,8 a 9,3 muertes.
Las causas
Si bien, la violencia autoinfligida es un fenómeno complejo, en el que inciden factores individuales, familiares y sociales, el coordinador del OVV
Mérida, Gustavo Páez, afirmó en el informe “Preocupa el índice de suicidios de niñas, niños y adolescentes en Lara”, que en menores de edad se evidencia la
afectación de crisis socioeconómicas, un contexto social deteriorado, familias
disfuncionales y desestructuradas, desilusiones amorosas, rechazo a la
orientación sexual diversa, fracaso escolar, universitario, bullying, consumo
excesivo de alcohol y drogas.
Siempre habrá señales
Por lo que ante cualquier cambio de comportamiento en las aulas se debe estar atentos.
De acuerdo a la psicóloga Geraldine Bravo, una de
los 24 especialistas que hacen vida en el grupo profesional Buena Vida, siempre
habrá señales: modificaciones súbitas en el comportamiento, comportamiento
inadecuados de huida y escape, descuido de la apariencia personal, afirmaciones
negativas, pesimistas y de desesperanzas, intensión de despedida, ideas
directas e indirectas con el concepto de la muerte, comportamientos a los que
padres, representante y profesores deben estar alertas para brindar ayuda a
tiempo.
¿Qué hacer?
Para el psicólogo clínico, Juan José Mendoza, cada
caso se debe abordar con la mayor empatía. “No se te trata de ponerse en los zapatos
del otro, sino de reconocer y validar la emoción y el proceso por la cuál tú
estás pasando”.
El especialista advirtió durante una capacitación en el colegio María Santísima de Cabudare el 26 de abril que, no se debe subestimar el comportamiento del menor como un simple llamado de atención, sino prestar atención y entablar una conversación no invasiva que permita entender su estado emocional.
Mendoza recomienda desarrollar en el hogar y en las aulas, estrategias grupales de inteligencia emocional, grupos de apoyo, gestionar habilidades para la vida, evitar los extremos, implementar comunicaciones asertivas y desarrollar proyectos de vida desde los ocho años.
Casos de emergencia
Señala que en casos de emergencias, se deben utilizar los primeros auxilios psicológicos. Se trata de implementar durante 10 veces, inhalación y exhalación de una duración de cuatro segundos cada uno, es decir, implementar la respiración diafragmática para la oxigenación cerebral y el recobro de la tranquilidad.
Por @AndyCBQ